sábado, 22 de diciembre de 2012


Deseamos  unas  Fiestas de Navidad  vividas en Paz y con  Amor.

Para el año próximo deseamos  a todos  salud, mucha salud,   espíritu positivo para afrontar las dificultades,  oportunidades  que nos permitan   progresar   y  que  siempre  tengamos  una gran   alegría  de  vivir.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Os sugerimos que pincheis en el enlace de Club Senderista y Cultural PATA DEL BUEY de Alange, en esta misma página, nos dedican unas palabras y han colgado fotos.

lunes, 5 de noviembre de 2012


¡¡¡Qué lástima, con la ilusión que teníamos!!!,   pero no sólo de ilusión viven los senderistas,  por lo menos es necesario que no llueva como nunca ha llovido justo en el momento de salir.  Cayó tanta agua que en Villagonzalo se levantaron alcantarillas que nunca en su vida se habían movido de su sitio,  porque el agua “iba para atrás”. 

Con las previsiones que había,   ya desde los días anteriores, cambiamos el itinerario tres veces. Todos sabéis que nuestro pueblo es llanito y sus alrededores están llenos de arroyos, todos desbordados,  por donde caminan las aguas para unirse al Guadiana,  en cuyas orillas se establecieron nuestros antepasados galápagos y ahí seguimos, donde os esperamos  el  año que viene.

Gracias a los que se presentaron y se quedaron a tomar una cerveza con chistorra.  Los que no vinieron están de sobra comprendidos. 

Os deseamos a todos rutas  soleadas.

jueves, 18 de octubre de 2012

V RUTA GALAPAGA

los niños cuyos padres quieran hacer la ruta, pueden disfrutar de las actividades que dos monitoras desarrollaran para ellos, en la plaza de la iglesia

            Otro año más, (y ya van cinco) una nueva ruta, en la que esperamos contar con tu presencia.
La salida será como siempre desde la Plaza de la Iglesia a las 9,30. La dificultad es baja, por terreno llano. Partiremos hacia el Badén,  allí habrá un avituallamiento, tomaremos una manzana y un poco de agua, que nos de fuerzas para disfrutar los 17 km.

Angel y Jesus (los tractoristas barqueros) nos cruzaran en su remolque el rio Guadiana y llegaremos alrededor de las 13,30 de nuevo a la plaza donde nos espera un aperitivo  y  Dj Porro con muy buena música y su gran animación.





 

martes, 9 de octubre de 2012

COMERCIO DE PEDRO DURAN

                                      
                                           Publicidad aparecida en revista del Cristo en 1954

Pedro Durán
Paquetería, coloniales y explosivos. 

De niño vivía en la C/ Arriba, cerca de la iglesia, por lo que mi madre en enviaba a comprar al comercio de Pedro Durán, una tienda con infinidad de productos y también punto de encuentro donde se entrelazaban las vidas de los vecinos. En ella se vendía casi de todo, aunque los productos estrellas venían de la alimentación despachada a granel y en cantidades pequeñas para adaptarse a la falta de dinero de los compradores, con medidas de otros tiempos,  aceite y vino por cuartillos, café y achicoria por libras, chocolate por onzas, ...
Estaba situada al principio de la calle de las cruces, en un local muy pequeño, constaba de una sola habitación, apenas unas decenas de metros cuadrados pero atestada de múltiples existencias atendida por él y su mujer Esperanza. Ambos vestían una bata gris, echando una jornada laboral interminable de lunes a sábado. Con el lápiz en la oreja, siempre a mano para calcular el importe de la compra en un trozo irregular de papel de estraza. En caso de no llevar dinero, se fiaba, apuntando en una libreta el nombre del deudor, que lamentablemente eran muchos pues la vida se desarrollaba en ese ambiente gris de postguerra de paredes desconchadas y el olor penetrante de la escasez y la miseria.

Como los otros comercios del pueblo era oscuro, de día iluminado por luz solar que penetraba a través de la puerta y del ventanal que daba enfrente de la torre de la iglesia, siempre opaco por los artículos expuestos; y de noche, una única bombilla emitía una luz amarillenta, muy tenue debido a sus pocos voltios de potencia.
No recuerdo bien si tenía un suelo de baldosas grises o era de cemento, sobre el que se asentaba el mostrador en forma de arco, de madera, presidido por una báscula “Mobba” de un solo plato siempre oculto por el papel de estraza para envolver el producto pesado. A su lado una vieja balanza, con dos viejos platillos dorados y las diferentes pesas con el peso fraccionado.

Sobre el mostrador destacaba un estante con doce botes de cristal en sus bocas inclinadas hacia arriba de modo que, sólo desde dentro se podía acceder a su contenido, con tapaderas metálicas enroscadas, todos llenos de golosinas: caramelos de anís, los masticables “damel”; un universo de chicles, los exagonales “bazoka”, de color rosa intenso “niña”, de color negro “cosmos”, o los apreciados “dumkin”. Al lado se agolpaban bolindres y repiones destinados para los clientes menudos.

En la parte donde se cortaban los comestibles, chacinas, quesos, embutidos... se notaban los cortes recibidos por el cuchillo a causa de despieces y porciones; al lado, una gran guillotina donde se cortaba el bacalao en salazón
También expuestas, había dos enormes latas de forma circular que contenían pescado en aceite y en escabeche, perfectamente alineados, vendidos por cuartos o por piezas individuales y que, al contener liquido, eran despachados de esta forma, bien la compradora portaba de casa un plato donde llevarlo, o llevarlo envuelto en papel de estraza de forma que el papel absorbiera el aceite.

Junto a estas latas se encontraba igualmente una gran lata de forma cilíndrica llena de mortadela, a la cual se le habría por ambos laterales con el fin de que ésta resbalara cuando el tendero la sacudía, siendo vendida de forma similar al menudeo.
La mantequilla se presentaba en un enorme bloque rectangular, dispensada y dosificada con una pala de madera, era de un intenso color amarillo que desprendía un profundo aroma.
Detrás, una estantería de madera descomunal ocupaba toda la pared tras el mostrador, con huecos tabicados que contenían innumerables tipos de latas en conservas acompañadas de una llave de apertura que tenía en el centro una hendidura destinada a encajarse en la uña de la tapadera que al girar la llave se enrollaba la tapa sobre ella, produciéndose su apertura; disponía también de pequeños cajones con diferentes y olorosas especias, comino, pimienta....

En su parte baja, se ubicaban unos grandes cajones, cada uno con un cazo de lata con el que se cogía el azúcar, café,... las cajas de galletas “maría” y “chiquilin”, tabletas de chocolates “Elgorriaga” expedidas en onzas o libras, leche condensada “La lechera”....
Y mas abajo los sacos que contenían patatas, frijones, carillas, garbanzos, lentejas......Todos ellos productos que se vendían a granel – gramos, mitad de cuarto, cuarto, medios, kilos;  y que en casa había que eliminar piedras y otros seres invitados, antes de ponerlas en remojo.

Finalmente fuera del mostrador, apoyado en las paredes, un “totum revolutum” de productos: sogas, piedras de sal para las caballerías que tenían caldeada la boca, jáquimas, escobas y escobajos, recogedores, zapatillas “Tao”, agujas, hilos, artículos de pesca, jaulas, ...
Cajas de cervezas, botellas de aguardiente y licores varios, botellas de refresco “La Casera” debiendo llevar el casco de vidrio para que te dieran otra, o en su defecto, tener que pagar por el casco. Botellas de vino “Santa Catalina” para abrirles el apetito a los niños y niñas ¡Con alcohol!......
Productos de limpieza como los detergentes “Persil” y “Betis”,  jabón “Lagarto”, lejía “Los tres 7”,.... Cajas conteniendo cientos de cartuchos de caza, fundas para escopetas, cananas.....

                                                                                                      Francisco Sánchez García

11 de octubre de 2012






domingo, 9 de septiembre de 2012


LAS AGUADORAS

 

Hasta 1972 no comenzaron las obras de acometida del agua corriente en las casas particulares, hasta ese momento, había que desplazarse a los diferentes pilares, grifos y fuentes a por ella.
No tener agua corriente obligaba a realizar el pesado trabajo de su  transporte, convirtiéndose en una obligación diaria. Todas las mujeres realizaban esta tarea varias veces al día, ya fuera el ama de casa o  sirvienta, provistas de cántaros de barro o de hojalata, más tarde, garrafas de plástico.

 A cualquier hora del día en las calles siempre había un continuo deambular de mujeres acarreando agua. Algunas, como equilibristas de circo, llevaban un rodete de tela en la cabeza para transportar los cantaros y así hacerle más fácil la carga. Otras lo llevaban al cuadril, y si el desplazamiento era mayor, se utilizaban burros como animales de carga.

 En verano, antes de la madrugada, cuando aún no había salido el sol, ya se escuchaban los pasos y murmullos de las  mujeres por las calles. Cuando apretaba el estío había que pasar la noche esperando el turno para el llenado de cántaros y garrafas. Y cuando el pilar de “las monjas” y el grifo echaban un hilito de agua, obligaban a marchar hasta el depósito del agua situado a unos tres kilómetros de la población.

 Los viajes se hacía una y otra vez hasta recolectar en cántaros el agua necesaria el agua necesaria para cocinar,  bañarse y  lo que hiciera falta en sus hogares cada día; sin importar la lluvia, el sol, su trabajo seguía sin quejas, recorriendo varios kilómetros diariamente.
Eran momentos de saludos y charlas donde se “chismorreaban” los pormenores de lo sucedido en la localidad, de disgusto cuando un cántaro se hacía añicos y de risas para todas las demás.

 También estaba la figura de la aguadora como profesión, su trabajo consistía en acarrear agua para las familias pudientes, llevando enormes cántaros de arcilla o de hojalata,  percibiendo la cantidad que hubieran estipulado con sus clientes previamente

martes, 21 de agosto de 2012

Homenaje al agricultor


Ya estan colocados los primeros aperos de labranza y han gustado mucho, aunque el trabajo no está terminado.  Todo es donado, los aperos y el trabajo, la ilusión por tener un pueblo mas bonito es lo que nos mueve.( Más fotos en album)

miércoles, 15 de agosto de 2012

Ruta en bici

   
El miércoles, 15 de agosto, a las 8'30 nos juntamos en la plaza de la iglesia para hacer la ruta en bici; algunos con más cara de sueño que otros, pero todos con ganas de dar pedales.
    Desde los más pequeños, Jorge, Marta y Nazaret, hasta los más veteranos,... (no daremos nombres), salimos tras esperar los 15 minutos de cortesía por si a alguien se le habían pegado las sábanas. Veinticinco ciclistas nos dirigimos hacia San Isidro, paso tranquilo, no había prisa; a los benjamines se les hizo corto, y se atrevieron con un tramo más. Finalmente se volvieron con Beatriz y Nieves (su mama, como no): aunque no se lo dimos en el momento, un aplauso por el madrugón.
   El resto de la expedición continuamos en dirección a los chopos de la Zarza, cayéndonos unas gotas; el cielo se ponía nublado, aunque al final se quedó en nada.
   Atravesamos el Palancar y tuvimos una baja: a la bici de Alejandro se la había averiado el pedalier; tras una pequeña reparación lo despedimos indicándole el camino de vuelta, la bici no estaba para seguir adelante.
   El grupo debía continuar y tras nuevas intervenciones de los mecánicos del grupo, ajustando sillines, cambios y demás, llegamos hasta el río Matachel; lo bordeamos por la margen izquierda, hasta la ermita de San Isidro de Alange, y vuelta por la margen contraria hasta un área de descanso junto a un molino harinero. Por supuesto el molino tenía su historia, y nos la contó nuestro guía, Rafa, ya que sus antecesores eran los protagonistas de esa historia. En los alrededores encontramos higueras y morales, que ávidos nos pusimos a "ordeñar", cada uno con lo que podía, a palos o a mano; en cualquier caso las moras, tremendas.
   Continuamos el camino ya de vuelta, por la carretera de la estación de La Zarza y volvimos a tomar la pista de arné para regresar. Las féminas del grupo, a pesar de empezar con cierto temor por la distancia del paseo, se han portado como unas campeonas: Brenda, Emma y Mónica, otro aplauso para vosotras.
   Nuestra entrada al pueblo, por la calle Cruces, la principal, con esos adoquines que masajean nuestros traseros después de 25 kilómetros de paseo en bici. La llegada, al mismo sitio que la salida, la plaza Iglesia, pero ahora con foto; aprovechamos que pasaba por allí un vecino voluntarioso (gracias, Antonio), y pudimos salir todos en la foto. Al final le cogió gusto a la cámara y nos echó unas cuantas.
   Despedidas y deseos de encontrarnos de nuevo en otra ruta. Enhorabuena a todos.

Si quereis ver más fotos, pinchad en "ALBUM DE FOTOS". Y si quereis compartir alguna foto, mandadla al correo.

viernes, 10 de agosto de 2012

lunes, 6 de agosto de 2012

domingo, 5 de agosto de 2012



Ya estan publicadas las fotos de la III Ruta de la Luna Llena  (en el album de fotos de esta misma página), si alguien tiene más que nos la haga llegar al correo de la asociacion y la publicaremos voluntariosporvillagonzalo@gmail.com
Sentimos que no haya fotos de todos los que estabamos, (el reportero tampoco ha salido).


La luna asistió a la cita pero tarde, con ella eramos 127 y el perrito de  Luchi.


Ratitos de convivencia como este son estupendos, si quereis aportar ideas para la próxima o para otras cuestiones, no dudeis en hacerlo, así mejora el pueblo... mejoramos todos.

miércoles, 25 de julio de 2012



Hola senderistas,  presentamos el cartel anunciador de la III Ruta de la Luna Llena; como en las anteriores y antes de salir desde la  plaza de la Iglesia, dejamos cada uno las viandas que después compartimos todos a la vuelta de darnos la caminata.
 Si queréis hacer alguna sugerencia no dudéis en hacerlo, entre todos aportamos ideas y mejoramos.
Nos vemos el 4 de agosto, a las 9 de la noche, en la plaza de la iglesia.  Saludos.

jueves, 5 de julio de 2012

Hola voluntarios, la próxima actividad programada es la "Ruta de la Luna Llena",  el día 4 de agosto, cuando pasan unos días en el pueblo todos los que se fueron.  La hora de salida las 9 de la noche, desde la plaza de la iglesia, donde dejaremos cada uno las viandas que despues compartiremos todos a la vuelta.


Publicaremos más información cuando solucionemos algunos problemillas de edición que tenemos.


Saludos a todos, gracias y nos vemos.

miércoles, 6 de junio de 2012




De izquierda a derecha: Mane, Berlanga, José María 'Chambá','Changari' y José 'Pardilla', entre otros

CASINOS, BARES, TABERNAS y CANTINAS



De aquellos establecimientos, muchos de ellos situados en las dos plazas principales. En la plaza de la iglesia: el casino-bar de Santiago Godoy y el bar “La peña”, regentado por Andrés Cortés, que con el tiempo pasó a llamarse bar “Canario” . En la plaza del ayuntamiento: el bar-cine “San Luis” y el bar “Artesano”, posteriormente denominado “Molino Rojo”, primeramente regentado por Miguel Vivas y traspasado mas tarde a Joaquín Espinosa.


Los restantes se encontraban repartidos por las distintas calles del pueblo. En la calle Cruces, el bar “Castañeda”; el bar “Barrero”; el bar “La estrella”, primeramente regentado por Dámaso Lozano, posteriormente por Manuel Caballero, pasando mas tarde a llamarse bar “42”, regentado por Antonio Luis Moreno “el cartero”; el bar “Pitero”;  y el bar del “Guille”, de José Barrero, con sus tapas de bogas fritas.


En la calle Nueva se encontraban el bar de Desposorio Cortés; el bar “La polvareda” de Joaquín Garrido; el café-bar “Sesma” usado también como salón de bodas; y el bar “Apolo XII”.
En la calle Olivo, el bar “El remolino” de Ángel Barcos y el bar “Los porrones” de Francisco Arranz “Arteche”.
En la calle Vistalegre, el bar “La culebra”, más tarde, llamado bar “Taxi”; y el bar “Galán”.
Al final de la calle Estación, el bar “Sol” de Nino García, con todas las paredes forradas con décimos de lotería no premiados.
Todos ellos, tenían un papel muy importante en la vida social. Eran los lugares donde la gente jugaba al dominó y a las cartas (cuatrola, tute, brisca...), leía el HOY, veían los toros y el fútbol en la tele, entre el griterío de quién era mejor sí “El Cordobés” o “El Litri”, sí el Real Madrid de “Di Stéfano” o el Barcelona de “Kubala”, mientras se trasegaban cervezas, vino y carajillos.


Bares que abrían de madrugada, para que los hombres reunidos en la plaza de la Iglesia buscando trabajo para ese día, pudieran tomarse un café de puchero y la copita de aguardiente antes de partir al “tajo”.
Al mediodía y por la noche, el tapeo, de pie en la barra. Se degustaban vinos de las muchas y buenas bodegas del pueblo, entre ellas la de Martín Flores, Dámaso “el largo”, Cortés o Segundo Vivas. Cada “ronda” acompañada de media sardina de lata, un puñado de cacahuetes o altramuces. Así entre “chato y chato” se alternaba con amigos, se cerraban negocios, ....
Se podían clasificar en dos tipos, los bares para asistir “vestidos de limpio”, los domingos con las mujeres, y con buen tiempo se podía sentar en la terraza. O los bares de “batalla”, donde se podía entrar con la ropa que se traía del “corte”, se ataban las “bestias” a la argolla de la pared, y sin mediar palabras, medio litro para el cuerpo.


Para atraer a la juventud y tenerlos entretenidos, algunos bares incorporaron billares y futbolines. Más tarde, con los avances de la ciencia aparecieron las máquinas de bolas “flipper” que se hicieron muy populares, donde en el furor del juego si movías la máquina más de la cuenta, ésta marcaba como una falta y perdías el juego, con el consiguiente enfado del jugador.
El bar “Molino Rojo, instaló una máquina con un dispositivo parcialmente automatizado que reproducía música a través de discos de 45 revoluciones, también conocida como “jukebox, donde al depositar una moneda de una peseta te permitía seleccionar y  escuchar una canción de aquellos grupos o cantantes que triunfaban en aquellos momentos: Abba,  Boney M, Pink Floyd .....
A mediados de los años ’70, el futuro llegó al pueblo. El bar “Barrero” inauguró la discoteca “Acuario”, acontecimiento que nos igualaba a los “veraneantes”, ya podíamos divertirnos igual que los de la capital, marcando un antes y un después en la juventud de Villagonzalo y pueblos aledaños. Años más tarde, Fermín y Maribel, se hicieron cargo del bar “San Luis”, transformando el antiguo local ocupado por el “cine” en la Discoteca “L.M.”, con luces en el suelo imitando a la discoteca “Odisea 2001” que aparece en la película Saturday Night Fever (Fiebre del Sábado Noche).              Francisco Sanchez García

domingo, 6 de mayo de 2012


 


Fila primera: Paco “el dulcero”, Lalo, Luis “Pelusa”, Juanito Romero, Pedro Mari Porro, Pedro Mari “Ratina”, Paco “el de la huerta”.
Fila segunda: Santiago “poli”, Pedro “el negro”, Esteban “cebolla”, Fernando “cajilla”, Felix Montero, Chan “de roque”, Benito “de Donato”, Manolo Vivas


La primera comunión en los años ´70.
Llegaba el mes de mayo, hacía tiempo que ya sentías los nervios. Había llegado el Corpus Christi”, día de “La Primera Comunión”, uno de los acontecimientos más esperados por todos los niños, celebrando una fiesta con familiares y amigos en la que tú eras el protagonista de aquella vida en blanco y negro.

No había una edad determinada para hacerla, podías tener entre 6 y 10 años, todo consistía en asistir a la catequesis que impartían el cura y los maestros respectivos.  El cura se llamaba don Antonio Herrera y los maestros eran don Manuel Ordóñez, don José María, don Ángel Sánchez y don Francisco Casablanca. Cuando éstos estimaban que habías adquirido los conocimiento y las oraciones básicas como el Padrenuestro, el Ave María, el Credo y la complicada Salve, estabas en condiciones de recibir el sacramento de la confesión y comulgar por primera vez en misa.


Primera comunion de Manuela Gil

La catequesis se daba los jueves por la tarde. Aprendíamos religión de aquel catecismo donde venían dibujadas las historias bíblicas: Dios poniendo a prueba para ver si Abraham amaba a su hijo Isaac más que a Él; el niño, que preguntado por San Agustín, le comunicaba su intención de entrar todo el agua del mar en un hoyo hecho en la arena de la playa; Guzmán el bueno entregando el puñal, al jefe de los musulmanes, para que matara a su hijo antes que renegar del catolicismo y entregar España.....
Los niños y las niñas hacían “La Primera Comunión” por separado. Los trajes que llevábamos dependían mucho de la situación económica de cada familia, no es como ahora que todos tiran la casa por la ventana. Los trajes de los niños podían ser de corto, para después utilizarlo cada domingo, o los tradicionales trajes de almirante, marinero o monje. En el caso de las niñas sucedía lo mismo, pero casi todas vestidas de blanco o de monja. La gran mayoría de estos trajes eran heredados de hermanos, primos y vecinos solidarios, es decir, algunos de ellos ya habían hecho más desfiles que la cabra de la legión.



En primer plano José Manuel “santibañez”, Manolo “el sordo”, y Alonso “patilla”.
Fila derecha: Miguel María Sesma, Juan Pedro, Pepe “el del paro”y Camilo.


En mi caso, fui vestido con ropa de domingo y con unas sandalias blancas irrompibles de la marca “gorila”, que ni el tiempo ni las patadas al balón lograron romper, se tiñeron de marrón, después de negro y cuando me comenzaron a quedar pequeñas, mi padre que ejercía de zapatero, las metió en la horma... he de decir que descansan aún  impecables  en un armario )
Acompañaban a la vestimenta, un libro con pastas de nácar con letras en blanco y roja (no conozco a nadie que lo hubiera leído), y algún regalo como una cadena de oro o el primer reloj, pues a partir de este momento te considerabas lo suficientemente mayor para que el tiempo marcara las horas de tu vida.

Día del Corpus, gran misa solemne en la Parroquia. Había llegado el momento estelar, en fila y en silencio nos acercamos al altar y alargamos la lengua, ¡nada de risitas¡, recibíamos la hostia consagrada a la que no debíamos morder y ni mucho menos meter el dedo en la boca para despegarla del paladar.
Después se daba un recordatorio a la familia, indicando el nombre, la fecha y la iglesia en la que había tenido lugar la celebración

La fotografía del grupo en blanco y negro, nunca mejor dicho “una y única”, entonces no se hacían reportajes fotográficos o vídeos a todo color, era realizada por el fotógrafo local Miguel Vargas.
Tras la ceremonia de la iglesia venía otro momento esperado: “el banquete”. Celebrado de forma comunal entre todos los protagonistas del día, en un “Mac´ Aula” de grupo escolar Pío XI. Los niños sentados en los pupitres, comiendo el chocolate con churros, los maestros catequistas, los padres y hermanos alrededor de ellos, pero sin probar bocado. Alguien grita: ¡Por favor, no mancharse¡.
Los trajes había que devolverlos o bien ya tienen destinatarios el año que viene
                                                                                                          Francisco Sanchez García

sábado, 3 de marzo de 2012

Los Monaguillos de Villagonzalo

Los monaguillos


De izda. a dcha. Andrés Sesma, José “Gasolina”, Pedro Ángel Vivas Corbacho, Quico Barco, Gonzalo Godoy y Juan “de la bosiquina”.

La palabra monaguillo proviene de monjes pequeños o pequeños clérigos.

Voy a contaros mi experiencia de monaguillo,  parte de los años ’60 y de los ’70, cuando ejercían de sacerdotes Don Manuel Molina y Don Vicente Cortés.
Una gran parte de los niños tuvimos la experiencia de ejercer de monaguillos. No era fácil ingresar en este cuerpo integrado por ocho miembros, había lista de espera, seis eran considerados oficiales, mas dos de reserva, pues siempre había alguna gripe, una pierna rota, un brazo “lastimado”..... Hay que decir, que la mayoría vivíamos en la proximidad de la Iglesia, entre ellos recuerdo a Antonio Farrona, Manolo Vivas, Martín Vivas Corbacho, Esteban Patiño, José Manuel Flores Barco, Juan Félix Miranda, Miguel María Sesma, Ignacio Valadés, Félix Andujar....

Al principio ingresabas de “reserva”, había que aprender todo lo relacionado con el oficio, memorizando palabras y utensilios sacros: cáliz, patena, palio, crismeras, misal... Una vez que eras titular, formabas pareja para desarrollar las funciones de acólitos, secretarios o campaneros.
De acólito ayudando al sacerdote durante la liturgia, preparando el servicio en el altar, siempre atentos a las vinateras, tocar la campanilla en el momento adecuado, aguantar el misal, además de ser los únicos con derecho a beberse el vino sobrante no consagrado.
De secretario ayudabas a vestir al cura: alba, cíngulo, estola, capa pluvial...., abrir y cerrar puertas, encender y apagar cirios y lámparas.
Y por último, de campanero eras el encargado de tocar las campanas. En un principio se tocaban desde el coro, colgándonos y balanceándonos de la cuerda, mas tarde se tocaba arriba en el campanario. La subida a la torre era peligrosa, estrecha y oscura, se accedía a través de una escalera en espiral sin barandilla en la parte del hueco que daba al vacío. Había dos campanas grandes y una pequeña, en las grandes se tocaba a misa, se doblaba para los entierros, y se repicaba para anunciar las fiestas; en la pequeña se anunciaban los toques a misa.
Las campanas marcaban las horas del pueblo. Arriba en el campanario no había peligro de que te cogieran fumando, siempre había escondido en alguna grieta, un paquete de “Palmitas”, “Bonanza”, “Tres carabelas”..., y si había dinero, un paquete de “Pipper” mentolado; todo condimentado con las risas del “pecado” y las toses de fumador inexperto. Buenos momentos pasados asomándonos a ver las diminutas figuras en la plaza; saltando al tejado a por nidos o coger “volandones”.
Diariamente asistíamos a misa. Entre semana había pocas feligresas y menos feligreses, mujeres con velo y luto eterno, cada una propietaria de su reclinatorio, por lo que tenías que incorporarte al canto para que no sonara a descampado la iglesia: "Como brotes de olivo en torno a tu mesa...", "Que alegría cuando me dijeron.”, "Venid y vamos todos..." "Tu palabra me da vida”….

Aparte de la asistencia a las misas, participábamos en los entierros, bodas o bautizos, por estos dos últimos conceptos, ni que decir tiene, la propina dada por los padrinos no entraba a la parroquia, sino a nuestros bolsillos. Además, los dos acólitos, con toda la cara del mundo, acompañaban al cura a comer en los banquetes de celebración.

Los entierros, en aquel tiempo en blanco y negro, eran sobrecogedores. Los cantos funerarios, el hisopo, la llama de las velas, las sombras proyectadas, el susurro del rezo y el olor a incienso daba una solemnidad que resultaba tétrica. Se acompañaba al cura desde el responso hasta la despedida del duelo, se  preparaba el catafalco en la iglesia, y se  doblaban las campanas.

Ejercer este oficio requería esfuerzo y no pocos sacrificios, ser puntual y asistir diariamente a misa, aparte de memorizar cuatro cosas en latín para responder, aunque sin saber bien lo que decías. Siempre presente en días de fiestas, romerías, catequesis,  extremaunciones, trasnochar para la misa del gallo, pasar la bandeja del cepillo.... 
Pero también tenía sus compensaciones como recorrer todos los rincones de la iglesia, la sacristía, la torre, el coro, el confesionario, jugando al escondite, entre miedos a la oscuridad, a las imágenes, a que te regañara el cura. Y por supuesto, la percepción de  un salario semanal, pagadero todos los domingos. La asistencia diaria, controlada por el “listero” encargado del cuadrante,  era pagada a 1,50 pesetas, pero si faltabas a las tareas te descontaban 2,50 pesetas, por lo que éramos excelentes cumplidores del deber.

Una vez terminado el oficio, colgabas la sotana blanca, salías rápidamente a la “plaza los postes”, detrás de la iglesia, donde transcurrían los momentos más extraordinarios de la niñez: corretear o disputar un partido de fútbol, jugar a los “guarrinos”, al “guá”, a “antera”.... Todo ello interrumpido si aparecía el cura por la esquina, entonces era obligatorio acercarte raudo a besarle el anillo que portaba en la mano derecha.

domingo, 12 de febrero de 2012

El dia de las migas


Nos comimos 20 calderos, estaban buenisimas, el año   que viene repetimos, hasta entonces  disfrutad de las fotos pinchando aquí.

 https://picasaweb.google.com/voluntariosporvillagonzalo/ElDiaDeLasMigas#

domingo, 5 de febrero de 2012

Migas en la Plaza del Pueblo

Hola a todos los seguidores de este blog, que es vuestro blog, de todos los galapagueros,  porque alguna vez seguro que somos voluntarios por Villagonzalo, por nuestro pueblo, por nuestra  tierra y por donde están nuestras raíces.

                                                         
                                                   
Esta Asociación de “Voluntarios por Villagonzalo” ha propuesto  que empezamos el año realizando una nueva  actividad “comernos  unas buenas  migas en la plaza del pueblo”,  con un buen fuego que nos quite el frio y espante   las malas vibraciones, todo ello  gentileza de  las  Asociaciones, peñas  y   Ayuntamiento.

Queremos establecer que el domingo anterior al domingo de carnaval sea "El Día de las Migas"
Con el deseo de pasar un  alegre día de convivencia os invitamos a que participéis.