De izquierda a derecha: Mane, Berlanga, José María 'Chambá','Changari' y José 'Pardilla', entre otros
CASINOS, BARES, TABERNAS y
CANTINAS
De aquellos
establecimientos, muchos de ellos situados en las dos plazas principales. En la
plaza de la iglesia: el casino-bar de Santiago Godoy y el bar “La peña”,
regentado por Andrés Cortés, que con el tiempo pasó a llamarse bar “Canario” .
En la plaza del ayuntamiento: el bar-cine “San Luis” y el bar “Artesano”,
posteriormente denominado “Molino Rojo”, primeramente regentado por Miguel
Vivas y traspasado mas tarde a Joaquín Espinosa.
En la calle Olivo, el bar “El remolino” de Ángel Barcos y el bar “Los porrones” de Francisco Arranz “Arteche”.
En la calle Vistalegre, el bar “La culebra”, más tarde, llamado bar “Taxi”; y el bar “Galán”.
Al final de la calle Estación, el bar “Sol” de Nino García, con todas las paredes forradas con décimos de lotería no premiados.
Todos ellos, tenían un papel muy importante en la vida social. Eran los lugares donde la gente jugaba al dominó y a las cartas (cuatrola, tute, brisca...), leía el HOY, veían los toros y el fútbol en la tele, entre el griterío de quién era mejor sí “El Cordobés” o “El Litri”, sí el Real Madrid de “Di Stéfano” o el Barcelona de “Kubala”, mientras se trasegaban cervezas, vino y carajillos.
Al mediodía y por la noche, el tapeo, de pie en la barra. Se degustaban vinos de las muchas y buenas bodegas del pueblo, entre ellas la de Martín Flores, Dámaso “el largo”, Cortés o Segundo Vivas. Cada “ronda” acompañada de media sardina de lata, un puñado de cacahuetes o altramuces. Así entre “chato y chato” se alternaba con amigos, se cerraban negocios, ....
Se podían clasificar en dos tipos, los bares para asistir “vestidos de limpio”, los domingos con las mujeres, y con buen tiempo se podía sentar en la terraza. O los bares de “batalla”, donde se podía entrar con la ropa que se traía del “corte”, se ataban las “bestias” a la argolla de la pared, y sin mediar palabras, medio litro para el cuerpo.
El bar “Molino Rojo, instaló una máquina con un dispositivo parcialmente automatizado que reproducía música a través de discos de 45 revoluciones, también conocida como “jukebox”, donde al depositar una moneda de una peseta te permitía seleccionar y escuchar una canción de aquellos grupos o cantantes que triunfaban en aquellos momentos: Abba, Boney M, Pink Floyd .....
A mediados de los años ’70, el futuro llegó al pueblo. El bar “Barrero” inauguró la discoteca “Acuario”, acontecimiento que nos igualaba a los “veraneantes”, ya podíamos divertirnos igual que los de la capital, marcando un antes y un después en la juventud de Villagonzalo y pueblos aledaños. Años más tarde, Fermín y Maribel, se hicieron cargo del bar “San Luis”, transformando el antiguo local ocupado por el “cine” en la Discoteca “L.M.”, con luces en el suelo imitando a la discoteca “Odisea 2001” que aparece en la película Saturday Night Fever (Fiebre del Sábado Noche). Francisco Sanchez García