Saben que en los años ’70, en cualquier pueblo, por pequeño que fuera, existía un entretenimiento superior a todos y era jugar al fútbol. Entonces cada calle del pueblo tenía niños suficientes para hacer un equipo. Estaba el de la plaza y aledaños, el de la calle Calvario y el de la calle Vistalegre, cada uno con su correspondiente campo en una zona cercana del ejido.
Nada más salir de la escuela, las tardes se dedicaban al fútbol, cada uno en su campo determinado y, de vez en cuando, se acordaba un encuentro entre dos equipos, que muy raramente no acababa en trifulca y a pedradas, por ello nunca dispusimos de alguien tan loco que quisiera ser árbitro. Todas las jugadas dudosas se discutían negociándose si era falta, penalti, gol,......
El terreno de juego, por supuesto no tenían las medidas reglamentarias, las porterías eran dos montones de piedras. Con suerte, algún equipo, disponía de dos palos de madera, comprados a escote, teniendo en la parte superior una soga como larguero.
Entonces ningún equipo se podía permitir equipar a todos sus jugadores con unas camisetas iguales, menos aún disponer de unas auténticas botas de fútbol, y raro era el que disponía de un balón de cuero.
Esto es lo que conocíamos los niños de mi generación hasta que apareció por el pueblo un hombre especial, estaba en todos los detalles, ejercía de padre, presidente, entrenador, masajista, ... se llamaba Rafael Vicente y creó un equipo fútbol, al que vistió con la equipación de la selección española, y posteriormente del Sevilla C.F.
La primera vez que recibimos las equipaciones no lo podíamos creer… tantas camisetas, tantos pantalones, tantos calcetines y tantas botas de fútbol, pero para nosotros, era un milagro; tendríamos 12 años o algo así y, nunca habíamos tenido ni siquiera un par de medias referentes a algún equipo de campanillas.
Acordaron celebrar un campeonato local, donde sería campeón el mejor a cinco partidos. El campeonato se celebró en el campo de fútbol de “La rua”, un terreno de juego “casi reglamentario” que disponía de unas primitivas porterías de madera, además, al jugarse en primavera disponía de algo de hierba.
Los dos primeros partidos, el equipo de Rafael logró la victoria, pero en el tercero y cuarto, cambiaron las tornas, siendo ganados por el equipo de Manolito. Durante todo el torneo muchos jugadores fueron alineados indistintamente en uno y otro equipo, como un intercambio de cromos.
Que bonito deporte es el fútbol cuando se juega con amigos y con un poquito de presión, como en este caso en el que debíamos afrontar el quinto y último. En un ambiente de gran la tensión, con el marcador igualado hasta el final, y cuando todos esperábamos la tanda de penaltis; el extremo Cele “Trompeta” recibió la pelota sobre el carril izquierdo, a centímetros de la línea media con todo el equipo contrario volcado en la otra portería, encaró hacia la portería con su característica velocidad y al ver la desenfrenada salida de un portero a la desesperada; se frenó y la tocó suave, elevándola sobre el solitario portero contrario, que logró rozar el esférico, que besó el travesaño y todo el equipo, al unísono comenzaron a gritar, ¡Nooooooo...¡, en ese preciso instante de desesperación, apareció el ángel del gol, Antonio “Capullo”, coloca un cabezazo tajante que se desliza en el fondo de la portería en el mismo momento en que el árbitro pitaba el final.
Así fue como el equipo de Manolito se proclamó campeón local. Esto sucedió en el año de 1974, cuando poco después ambos equipos se fusionaron, fundándose el primer equipo federado con que contó el pueblo.
En las fotografías que acompañan a este escrito se encontraban los siguientes jugadores:
El equipo de Rafael estaba compuesto por los siguientes jugadores: Manolo “Valdés”, Ángel Andújar, Manolo “Periquene”, Félix Farrona, Andrés Barrero, Falí Vicente, Fernando Vicente, Antonio “Ruichi”, Antonio “Capullo”, Manolo “Pichi”, Luci y José Galán.
El equipo de Manolito estaba compuesto por los siguientes jugadores: Manolito, Esteban, Juan Pedro, Antonio Farrona, Paco Lozano, Alonso “Patilla”, Blas, José Antonio “Esquilita”, Luci, Antonio “Ruichi”, Joaquín Lozano, Paco Álvarez, Fernando Vicente, Cele “Trompeta” y Antonio “Capullo”.
Francisco Sánchez García.